lunes, 15 de septiembre de 2008

SCARPIA, Espacio de libertad. Diario Córdoba.

REPORTAJE.

El homenaje a Ocaña puso el final festivo a las jornadas de arte actual patrocinadas en El Carpio por la Fundación Botí, la Junta, Córdoba 2016 y el Ayuntamiento.
15/09/2008 PEDRO MARIN
En 1984 Córdoba acogió una muestra sobre la obra de José Pérez Ocaña, fallecido apenas seis meses antes. Organizada por el Ayuntamiento, no se trató de una exposición al uso, como recordó en El Carpio el ex concejal José Luis Villegas en el transcurso de los actos dedicados a aquél por las jornadas de arte contemporáneo Scarpia.
Villegas calificó a Ocaña como "andaluz universal" y alabó el homenaje que El Carpio ha dispensado ahora al pintor de Cantillana por "recrear los valores de heterodoxia e iconoclasia que le caracterizaron". En el mismo acto intervino Jesús Pérez Ocaña, hermano del artista, quien desarrolló la parte familiar del homenaje y recordó diversos avatares de su creatividad. Por su parte, el pintor de Montilla Luis Cárdenas resaltó el estallido de libertad que le supuso el conocimiento personal de Ocaña, a quien considera referente de su obra. Por último, en la sesión habló Angeles García, concejala de Cantillana, sobre el futuro Museo de Ocaña. Además de la mesa redonda, cuya conducción corrió a cargo de José Naranjo, se dedicaron a Ocaña otras varias actividades. Fue el colofón festivo a la séptima edición de Scarpia, celebrada en El Carpio con 30 participantes y el patrocinio de la Fundación Botí, la Junta, Córdoba 2016 y el Ayuntamiento.
Y si estas jornadas se autodefinen como de "intervención artística en el espacio natural y urbano" y ello implica que las creaciones producto de sus talleres (realizadas por Manolo Bautista, Alonso Gil, Pilar Albarracín, Daniel Canogar, Monique Bastiaans y otros) quedan bien reflejadas en la percepción de la sociedad carpeña, este año junto a esas intervenciones habrá que valorar positivamente que la organización (dirigida por Miguel Angel Moreno) haya fijado su mirada muy especialmente en un personaje con tintes de precursor poco reconocido (José Pérez Ocaña), apostando por la pasión genuina del arte popular, algo de lo que Scarpia puede presumir, sin duda, además de estar consolidándose como espacio de libertad.